Cuando se piensa en elegir un meson cuarzo blanco, muchas personas se preocupan por cuánto tiempo mantendrá su color original y fresco. Normalmente, el cuarzo es conocido por su durabilidad y resistencia. La tecnología actual permite producir superficies que no solo sean estéticamente agradables, sino también muy resistentes a la decoloración. Con los avances en ingeniería, los mesones de cuarzo pueden durar fácilmente entre 10 y 20 años sin mostrar cambios significativos en su color.
El cuarzo blanco, a menudo clasificado como una opción premium debido a su apariencia moderna y limpia, es resistente a las manchas y la decoloración por exposición a la luz solar, algo crucial en cocinas y espacios con mucha luz natural. Algunos expertos de la industria mencionan que la resistencia del cuarzo al amarillamiento es incluso mejor que la de otras piedras naturales, como el mármol, que puede empezar a amarillear en menos de cinco años si no se cuida adecuadamente.
En reportajes de revistas de diseño de interiores, a menudo se entrevista a propietarios satisfechos que eligen mesones de cuarzo, citando su baja necesidad de mantenimiento como un gran beneficio. No hay necesidad de pulir ni de sellar regularmente, lo que reduce costos a lo largo del tiempo. El mantenimiento simple, como limpiar con agua y jabón, es suficiente para mantener el brillo y el color.
Además, es importante mencionar que no todos los mesones de cuarzo blanco están creados iguales. La calidad puede variar según el fabricante, por lo que siempre se recomienda elegir marcas de reputación reconocida. Empresas como Silestone y Caesarstone son conocidas por sus productos de alta calidad y por otorgar garantías que pueden durar varios años. En general, quienes invierten en mesones de cuarzo blanco suelen encontrar que, aunque el costo inicial puede ser mayor que el de otras superficies, la inversión se ve compensada a lo largo del tiempo gracias a su durabilidad y bajo costo de mantenimiento.